viernes, 24 de marzo de 2017

HUMANIZAR LOS IMPULSOS (151)

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA AMORIS LAETITIA

“SOBRE EL AMOR EN LA FAMILIA”

Capítulo IV El amor en el matrimonio `Dimensión erótica del amor ´


Punto 151. A quienes temen que en la educación de las pasiones y de la sexualidad se perjudique la espontaneidad del amor sexuado, san Juan Pablo II les respondía que el ser humano «está llamado a la plena y madura espontaneidad de las relaciones», que «es el fruto gradual del discernimiento de los impulsos del propio corazón» [149]. Es algo que se conquista, ya que todo ser humano «debe aprender con perseverancia y coherencia lo que es el significado del cuerpo». [150] La sexualidad no es un recurso para gratificar o entretener, ya que es un lenguaje interpersonal donde el otro es tomado en serio, con su sagrado e inviolable valor. Así, «el corazón humano se hace partícipe, por decirlo así, de otra espontaneidad» [151]. En este contexto, el erotismo aparece como manifestación específicamente humana de la sexualidad. En él se puede encontrar «el significado esponsalicio del cuerpo y la auténtica dignidad del don» [152]. En sus catequesis sobre la teología del cuerpo humano, enseñó que la corporeidad sexuada «es no sólo fuente de fecundidad y procreación», sino que posee «la capacidad de expresar el amor: ese amor precisamente en el que el hombre-persona se convierte en don» [153]. El más sano erotismo, si bien está unido a una búsqueda de placer, supone la admiración, y por eso puede humanizar los impulsos.
Notas:
[149] Catequesis (12 noviembre 1980), 2: L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española, 16 de noviembre de 1980, p. 3.
[150] Ibíd., 4.
[151] Ibíd., 5.
[152] Ibíd., 1: L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española, 16 de noviembre de 1980, p. 3.
[153] Id., Catequesis (16 enero 1980), 1: L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española, 20 de enero de 1980, p. 3.

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